AÑO 2014
Oleo sobre tela (60 x 80)
Antofagasta - Chile
DetalleAntofagasta - Chile
ENLACE: Entrevista en Saguaro
En proceso con un nuevo cuadro
"Contraste atardecer"
La triada perfecta de Jorge Mella:
Arquitecto, pintor y empresario.
Los inquietos y sonrientes ojos de Jorge Mella no se detienen, son el espejo de su constante búsqueda de la belleza, en perfecta armonía y coherencia con lo que su imaginación plasma. Es un tipo amable, el éxito no ha nublado su elocuente y nortina visión, que a dado a luz a una cincuentena de dibujos y óleos que resaltan los tesoros perdidos y muchas veces devastados de esta tierra de paisajes áridos y soleados.
Sus inicios y motivos.
En un entorno donde la madera se inundaba con los acordes de clásicos setenteros, comenzamos un hospitalario diálogo con Jorge Mella, quien se remontó a sus inicios en la pintura, declarándose como independiente y autodidacta, aunque confiesa que la arquitectura jugó a favor de su arte.
¿Cómo fueron tus inicios?
Partí con dibujos de actrices, de actores de cine. Eran fotos que podía replicar fácilmente. Entonces la gente empezó a ver que los retratos me quedaban muy similares. Me gustó eso, el cuento de ocupar el lápiz de color, de empezar con los retratos. Luego, cuando hicimos el “De Antaño” (conocido restaurante del centro), me tocó hacer cuadros de Antofagasta y de la región. Fue muy simpático hacerlos con una imitación de color sepia. Ahí partí, pero era una cosa muy de entretención, un hobby.
¿Qué te impulsó a dedicarle mayor tiempo al arte de la pintura?
Se empezaron a acumular dibujos que la gente veía y me decía: “pero cómo no te desarrollas en esto, eres muy bueno” y, llegó el momento en que comencé a ser empresario y me quedaba un pequeño tiempo libre, que lo aproveché para dibujar y pintar.
¿Qué te motiva a pintar?
Es entretenido, me mueve, me llena de emoción empezar a pintar y reflejar algo que vi, que me gusta, alguna figura, algún motivo nortino antiguo, que están en desecho, pero que tienen hermosura.
Sensibilidad y exhibición.
El artista plástico pinta en el céntrico “De Antaño” , su pintura llama la atención de más de mil comensales que semanalmente pasan por la vieja casona refaccionada con un gusto excepcional. Sus dibujos y cuadros cuelgan de las murallas con un perfecto ángulo y tenue luz y, otros esperan –suponemos ansiosos- el momento de una primera exposición con una gran convocatoria.
¿Qué temas te mueven a pintar?
Para mí es muy importante pintar algo que gusta o me llega. La pintura es algo muy sensible, viene desde el fondo de tu ser. Lo que uno pinta, para que realmente logre lo que quieres mostrar, debe ser muy profunda. De hecho, cuando me pongo a pintar en las tardes, en algunos momentos me olvido donde estoy.
¿Qué técnica utilizas, cómo se componen tus cuadros?
El cuadro se compone de varias cosas y dentro de esa temática hay materiales. A mí me gusta resaltar las texturas, los contrastes, las luces, las sombras y los atardeceres en los materiales. La técnica que ocupo ahora es el óleo y la tendencia, el realismo y el hiperrealismo. Creo que estoy entre los dos porque mi objetivo no es llegar a hacer una foto, sino que siempre mantenerme en el cuadro, mostrando la sensibilidad que quiero mostrar y ojalá la temática que ocupe no salga de lo nacional.
¿Cuándo vas a montar una exposición?
Mis creaciones están dentro de los restaurantes y forman parte de su cultura. Mostrar lo que uno hace y no tenerlo guardado es importante, porque se ve la interacción de la gente, lo que ve, lo que comenta. No me he puesto a revisar otros lugares donde exponer, porque debo estar preparado para mostrar, cómo lo voy a mostrar y a quién, es como un hilo conductor de mis obras.
Más de su vida y obra.
La obra de Jorge Mella, tocopillano y chileno de corazón, alcanza a 30 dibujos pequeños, 14 grandes y 9 óleos, cuatro de éstas fueron integradas al libro de poemas y cuentos nortinos del escritor Germán Rojas. Su última obra fue “Tocopilla Triste”, que espera ser exhibida prontamente y, ahora se encuentra trabajando en “Contraste del Atardecer”, que es una naturaleza muerta: un jarrón de flores rústico, que está en un fondo de calaminas.
¿Cómo es tu vida?
Soy una persona feliz, que estoy haciendo las cosas que me gustan. Tengo 44 años, 4 hijos: “los míos y los tuyos”. Viví ocho años en Tocopilla, luego me fui a Arica y desde los 18 estoy en Antofagasta. Me gusta viajar, conozco todo Chile, sólo me faltaba la Isla de Pascua, donde recientemente estuve, por eso mismo me gusta pintar motivos de mi país y sobre todo, nortinos, porque uno tiene que mostrar lo que tiene que rescatar.
¿Has recibido críticas de extranjeros?
Bastante, porque pinto en las tardes en el restaurant donde la gente se mantiene un buen rato y se pone a comentar mis dibujos y lo que estoy pintando en ese momento. Generalmente, trato de avanzar en una parte del cuadro, para que se entienda lo que se está haciendo. Se acercan mucho, con timidez, pero se acercan.
Difícil es encontrar en esta mecanizada ciudad un ser con tanta pasión y humildad por lo que hace. Vuelvo a sus ojos sonrientes, sin ufanarse, sin vanagloriarse. Espacios sobrarán para exponer sus divinas obras, esperamos también ojos para verlas.
Difícil es encontrar en esta mecanizada ciudad un ser con tanta pasión y humildad por lo que hace. Vuelvo a sus ojos sonrientes, sin ufanarse, sin vanagloriarse. Espacios sobrarán para exponer sus divinas obras, esperamos también ojos para verlas.